Mi hijo el Muflón 2.001 y yo teníamos en la cabeza "conectar", en esta ocasión, el Río Borosa con el Arroyo de Linarejos y explorar, en primer, lugar la Loma de la Carrasca a través de su Tranco del mismo nombre para luego "desembocar" en el Arroyo de Linarejos, en concreto en el denominado Campamento Juvenil de Linarejos, por una senda que yo considero de las más bellas y salvajes de todas por las que he transitado por estos lares: por el Collado de Piedra Gallinera.
Estando alojados en una casa rural en la Loma de María Ángela por varios días y tras la fabulosa experiencia realizada dos días antes por el Monte de Guadahornillos no podíamos dejar escapar esta aventura que resultó de lo más duro a la vez que satisfactoria.
Desde la Loma de María Ángela partimos bien pronto con la intención aristear hasta el pico del Raso del Tejar a través del Cerro de la Lobera y desde allí el Tranco de la Carrasca. Si bien en principio la senda era evidente en el desvío que se nos ofrece nada más llegar al Río Borosa (a poca distancia de la cadena que impide el paso de los vehículos a la pista que transita paralela al Río Borosa hay un paso que nos permite cruzarlo y desde allí comenzar la senda) descubrimos pronto que la senda ha desaparecido y que el aristeo resulta casi imposible por la abundante vegetación, zarzales y espinos. Tal vez hubiera sido mejor comenzar desde la senda propuesta que a través del Puente de los Caracolillos se nos ofrece para subir al Cerro de la Lobera y de allí al Pico del Raso del Tejar. Pero me habían avisado que estaría bastante deteriorada por su no uso desde tiempo atrás. Además era tentador intentar enlazar con esta senda desde la misma piscifactoría pues pensé que el aristeo iba a ser más completo.
Con este panorama descendimos y fuimos a buscar la pista que transita por Coto Moreno, El Cartujillo y justo por debajo del Peñón de Muñoz enlazar con la senda que sube por el Arroyo del Calerón que viene desde el Río Guadalquivir, al que tributa. Pero difícil supuso la subida pues la senda, como casi todas las de estos lares, está literalmente perdida y sólo en el tramo final (a la altura del Cortijo del Calerón se hizo fácil y evidente. Llegados al Raso del Tejar descubrimos "vestigios" de la senda que inicialmente quería tomar desde el Borosa a través del Cerro de la Lobera y de la que luego tuve que desistir. Quedará para otra el intentar verificarla, pero desde aquí.
El calor ya apretaba y era mucho el trayecto que nos quedaba así que nos pusimos manos a la obra y aquí comenzó ya el disfrute pues pudimos disfrutar de las vistas del enorme espacio abierto a nuestra izquierda que supone el Valle de Guadahornillos y además corría ya por estas alturas un brisa refrescante.
No podré olvidar el refrescante y muy deseado trago de agua pura que nos regaló la naturaleza a través de la Fuente de la Cava, ni de las impresionantes perspectivas panorámicas del valle con que nos obsequió la montaña a la altura del Centro de Investigación (C.S.I.C.) instalado en la Casa Forestal de Roblehondo.
Desde este punto se inicia un trayecto para mi muy querido desde que lo descubrí años atrás: Puerto Calvario, con el Pico del mismo nombre a nuestra izquierda y el Calar Majada de la Señora a nuestra derecha. Desde aquí descendimos por los arroyos de los Ubíos y después de Roblehondo para buscar la senda que nos llevará al Arroyo de Linarejos a través del Collado de Peña Gallinera. Siempre que vengo por este trayecto me teletransporto a otra época pues abundan los vestigios de sus moradores del pasado y los efectos que el tiempo hace por la ausencia. Quisimos coronar Peña Gallinera pero la hora y el "batute" acumulado no lo aconsejaban en esta ocasión.
El descenso al Arroyo de Linarejos es apoteósico. Salvaje y brutal. Amo estos lugares...
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