Si además la compañía es buena, que más se puede pedir.
El Cerro de Pedro Miguel es una de las alturas más significativas de toda la Sierra de las Villas. Contemplada desde el Blanquillo, cumbre señera de esta alineación orográfica, se nos aparece como una cima bicéfala con una promiente cresta o raspa en su lado noroeste. El marco de impetuosos torrentes de montaña de aguas cristalinas, bosques de enormes pinos salgareños, extensas bojedas, agradables prederías y solitarias cuerdas montañosas hace de esta ruta el prototipo de ruta que podemos realizar en esta Sierra (texto de Enrique A.Martín Fernández).
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- Actividad: Senderismo
- Nombre: SIERRA DE LAS VILLAS. PEÑA CORBA
- Sierra: Sierra de las Villas
- Comarca: Sierra de las Villas
- Municipio/Provincia: Jaén
- Posición Geológica Regional: Cordilleras Béticas - Zonas Externas - Prebético
- Fecha: 01/04/2010
- Distancia: 20 km
- Duración: 6,30 h
- Punto de Partida: Puente sobre el Arroyo de las Aguascebas de Gil Cobo (o de la Cueva del Agua, según el ING)
- Circular: Si
- Caminos Homologados: ----
- Itinerario: Puente de las Aguascebas de Gil Cobo - Cerrada de San Ginés - Cortijo de Majá Serbal - Fuente Colorá - Cerro de Pedro Miguel - Morrón del Cerezo - Cerro de la Nava de Domingo Viejo - Piedra de los Desesperados - Las Cumbrecillas - Peña Corba - Cerrada de San Ginés - Gil Cobo - Punto de partida.
- Calificación Ruta: Circular que discurre la mayor parte del trayecto a trocha o por sendas poco evidentes por una de las zonas más bellas de la Sierra de las Villas. El objetivo de esta ruta era aristear la cuerda de esta Sierra desde que accedemos a ella en la cima del Cerro de Pedro Miguel hasta la propia Peña Corba. Ruta exigente fisicamente por el constante sube y baja que representa la cuerda objeto del aristeo y en la que en general (y en algún paso especialmente) se trata de una ruta no apta para no iniciados pues hay que extremar el cuidado por lo abrupto del terreno, los filos con grandes desniveles y dado que no se encuentran, en algunos casos, pasos evidentes y si por el contrario obstáculos a salvar. Ruta divertida para los amantes del aristeo por filos imposibles.
- Recomendaciones: Esta ruta y en general el senderismo de montaña requiere una adecuada preparación física, una buena planificación previa de la ruta en el sentido de conocer a donde se va y por donde, una buena intendencia alimentaría y liquida (no confiarse nunca en que nos podamos encontrar fuentes) y desde luego ir provisto del material adecuado (prendas, calzado…). E incluso aspectos tales como la meteorología y el saber seleccionar la ruta según la época del año son importantes tenerlos en cuenta a la hora de acometer una ruta de montaña de manera segura y por ende satisfactoria.
Descripción Ruta
Desde el puente sobre el Arroyo de las Aguascebas de Gil Cobo (o de la Cueva del Agua, según el ING), arranca una pista que se adentra en la cerrada de San Ginés, estrecho paso abierto por el río entre la Lancha del Lobo, al norte, y la Lancha de la Escalera, al sur. La pista, acompaña en suave ascenso al ruidoso Aguascebas del Gil Cobo, que llevamos a nuestra izquierda. Al poco de comenzar dejamos a nuestra derecha una caudalosa fuente. Si estamos atentos a la vegetación que nos circunda veremos, además de quejigos de bellas formas, tejos y acebos, a un lado y otro de nuestro camino. Ambas especies son bastante abundantes en esta sierra y nos informan claramente del fresco y húmedo clima de montaña que aquí reina. Las cascadas y las pozas de agua cristalina se suceden y, casi sin darnos cuenta, alcanzamos el punto más estrecho de la cerrada, donde las próximas paredes rocosas reverberan intensamente el fragoroso ruido del torrente, que aquí salta en una cascada muy cercana a la pista que, justo en este punto, cambia de orilla. Bruscamente, tras el estrecho, salimos a una hermosa pradera situada en la unión de los arroyos que forman la cabecera del Aguascebas de Gil Cobo.
En este lugar, la pista se bifurca. El ramal de la izquierda asciende por un valle idílico hacia el collado del Perenoso y el pico Blanquillo. El de la derecha, en cambio, sube hacia el sur en dirección a Peña Corba y la cabecera del Río Aguascebas de la Fuente del Tejo. Seguiremos éste para lograr nuestro primer objetivo que por el SSW ya contemplamos. Continuando, pues, por el carril de Peña Corba, alcanzamos prontamente y en moderado ascenso al Fuente Colorá (1.428 m), situada en un bello y marcado recodo que la pista efectúa para atravesar la vaguada de un arroyo que baja por la falda noroeste de nuestra montaña. Poco después, continuando la subida ya por la margen opuesta de dicha vaguada, llegamos a las inmediaciones de las ruinas del Cortijo de Majá Serbal, emplazadas en un rellano de la ladera que ascendemos con bellas vistas hacia el Cerro de Pedro Miguel. Tras ello y después de algunos moderados repechos, la pista penetra una lancha conocida como Hoya de la Zamarrilla. Vemos a nuestra derecha un mallado y, cuando el carril efectúa una marcada curva a la derecha es el momento de abandonarlo definitivamente (hasta la vuelta desde Peña Corba vía Jabalcaballo) hacia la izquierda, en dirección a nuestro primer objetivo que ya vemos más cercano coronado por una caseta de vigilancia.
Nos introducimos, de este modo, en una zona muy karstificada en la que abundan las dolinas, torcas y lapiaces que dificultan nuestra aproximación al Cerro de Pedro Miguel. Caminaremos sinuosamente para evitar las depresiones que salen a nuestro paso pero siempre con una orientación general hacia el sur. En breve pisamos la cumbre del Cerro de Pedro Miguel (1.668 m) en la que se encuentran emplazadas las ruinas de una caseta de vigilancia.
Las vistas son colosales. Hacia el norte, la formidable mole del Blanquillo se alza sobre el collado del Perenoso. Bajo nosotros, ocupando el fondo del Valle del Alto Guadalquivir, se atisban las construcciones de Coto Ríos. A levante, destacan las largúisimas cuerdas de las montañas segureñas. Hacia el noreste se alza solitaria la cima del Almorchón, como límite norte de la extensa altiplanicie de los Campos de Hernán Perea. Casi frente a nosotros, también a levante, se yergue la inconfundible muralla del Banderillas. Al sureste, y sirviendo de límite sur de los Campos, contemplamos la mole del conjunto Empanadas-Cabrilla, techo del Parque Natural. Al sur, apreciamos las puntiagudas cimas del Cabañas y del Puntal del Buitre, en la Sierra del Pozo. Y en la prolongación hacia el sur de la Sierra de Cazorla, avistamos la enérgica cuerda del Rayal. Antes el Pico Gilillo se levanta egregio.
Ya fuera del Parque y hacia el suroeste destaca la inconfundible silueta de los abruptos relieves de Sierra Mágina, máxima altura provincial y mucho más al sur, la colosal Sierra Nevada.
Excelentes textos de Enrique A.Martín Fernández en su libro Sierras de Cazorla, Segura y las Villas.
La vuelta la efectuaremos por el Camino de la Cañada del Avellano, la cual desde Jabalcaballo seguiremos hasta el punto de partida a través de la Lancha de la Escalera, siendo la misma pista que habíamos utilizado en el inicio hasta que la abandonamos para buscar el Cerro de Pedro Miguel.
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