La Sierra de la Sagra se ubica al norte de la provincia de Granada (España) entre los términos municipales de Huéscar y Puebla de Don Fadrique. En ella podemos encontrar el punto más alto de la cordillera Subbética y del Altiplano Granadino y la segunda cumbre más alta de Andalucía, si dejamos al margen todo el macizo de Sierra Nevada. Desde su máxima cota, La Sagra (2.383 m), se dominan los confines montañosos de hasta 4 provincias además del altiplano granadino en el que se ubica.
La Sagra desarrolla su cordal en dirección nordeste a sureste, formando hacia el lado de "Los Collados" una irregular muralla. Esta enorme mole solitaria, que parece casi un volcán, constituye un lugar de culto por excelencia para el senderista y/o amante de la naturaleza, al cual regala belleza, emociones y sensaciones en igual proporción.
Su propia visión ya plantea retos, verdaderos desafíos verticales. En esta ocasión se ha vestido de invierno ya por última vez pues nos encontramos a las puertas del verano.
Sierra de la Sagra
Está formado por calizas, margas y cretas estratificadas que pueden apreciarse cerca de la cumbre, como estratos de gran espesor y dureza, además de por las barrancas y profundas cárcavas que cruzan sus flancos. Es fruto de la orogénesis alpina que actuó sobre los sedimentos de la zona hace unos 25 millones de años. En su cima pueden encontrarse fósiles de esta época geológica, especialmente conchas de animales marinos (almejas, bivalbos y similares).
Estas sierras destacan de las altiplanicies situadas al sur y sureste, lo que les confiere unas características climatológicas y ecológicas particulares, fundamentalmente debido a los acusados gradientes hacia una mayor humedad (funcionan como "islas bioclimáticas" en un entorno árido). Ello hace de este espacio un lugar de gran riqueza y variedad biológica.
Su condición de sierras calizas (La Sagra se erige como el pico calizo más elevado de Andalucía), las hacen destacar como paisaje kárstico por excelencia, caracterizadas por restos de encinares, pinares de vertientes escabrosas, sabinares singulares, flora post-glaciar de gran interés. En élla podremos encontrar las impresionantes Sequoias, árboles gigantes, los más altos de Europa.
La Sierra de la Sagra es un refugio natural para especies como el Buitre Leonado, la Víbora, el águila perdicera, el gato montés, el buho real, la liebra o el jabalí, con muchos invertebrados interesantes, entre los que destacan mariposas y escarabajos, son sus más preciados valores naturales. Esta relevancia entomológica ha hecho que se le reconozca como Zona de Interés para la Conservación de los Invertebrados de Andalucía (ZICI), concretamente la número 3, que abarca también a los parques naturales de Cazorla y Castril. Está igualmente Integrada en la Red Europea de Espacios Naturales Protegidos, mejor conocida como Red NATURA 2000. Este Espacio Protegido comprende las sierras de la Sagra, Seca, de Duda, Guillimona, Montilla, Bermeja, del Muerto, de la Encantada, de Jurena y de los Tornajos. Y completan esta esquina serrana, aunque fuera de sus límites, otras como la de Moncayo, Marmolance, de Alcatín y de la Zarza.
El clima de esta encrucijada de montañas, dentro de su contexto mediterráneo, está condicionado por una topografía abrupta de barrancos y valles encajados entre crestas elevadas. La continuidad con las sierras de Cazorla y Segura, que funcionan a modo de colector de las precipitaciones, provoca lluvias relativamente abundantes, sobre todo en las laderas orientadas al oeste. Es apreciable el gradiente de predipitaciones, aumentando desde las cotas bajas a las altas. Dentro de ellas se identifican tres pisos termoclimáticos: el oromediterráneo, el supramediterráneo y el mesomediterráneo; y dos ombrotipos: subhúmedo y seco. Para cada uno de estos tres pisos bioclimáticos se distinguen tres niveles: inferior, medio y superior, que se establecen para explicar la distribución de algunos taxones, que no se ciñen a un piso completo sino a alguno de sus niveles. (www.granadapedia.wikanda.es)
Altiplano de Granada
El pasado uno de mayo fuimos muchos los que tuvimos la suerte de vivir un día dificil de olvidar. Además de una excelente climatología (tras unos días de nevadas y frío) nos encontramos con multitud de compañeros y amigos que desde diversos puntos de la geografía limítrofe (y no tanto) habían concurrido a la llamada de este gigante. Gustavo y yo vinimos con Diego y varios integrantes de su grupo, Horadada Camina, de Pilar de la Horadada, con los que compartimos cima y amistad además de una jugosa comida al final de la ruta cortesía de esta buena gente. Desde las Santas, ASM de Murcia, capitaneados por el buen Pepe Tárraga, ascendían por el Collado de las Vívoras. El Grupo del Peñón del Toro de Huéscar estaba pasando el fin de semana en los Collados de la Sagra con varias actividades programadas. Y otros muchos con los que compartí momentos montañeros a lo largo del día.
Diego y su grupo. Miguel Angel, Raúl, Jose, Fina, Francisco Andrés, Cristina, Roberto, "Invernon", Juana, Beto, Katy, Miguel y Mary, y resto de integrantes.
El buen Gus compartió conmigo magníficos momentos. Gracias por ser como eres amigo.
Mención especial para Manuela, Rubén y su fiel "Moro" de Redován, que nos acompañaron en la subida por el embudo y luego hasta la cima. Manuela, eres fuerte... Nos veremos, compañeros.
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Esta descomunal mole, muchas veces humeante cuan volcán en erupción, presenta diversas formas de conquistarla, de mayor o menor dificultad, a través de "vías", "canales" o "corredores" siempre prestas a ayudar al aventurero a hacerse con ella, según las capacidades de cada uno, pero siempre que "ella quiera". Y es que a esta montaña, como a todas las que suponen un reto, hay que temerla tanto como amarla pues solo así la mereceremos.
De entre todas las vías posibles de ascensión por su vertiente noroeste es, tal vez, la del "embudo" la más conocida pero a la vez más auténtica (amén de sus variantes, "Himalaya" y "Pinguinos", como corredores, "Central", "Rumuardo"...), pues permite experimentar a este coloso en toda su verticalidad. Desde que el montañero se enfrenta a las verdaderas primeras estribaciones de este gigante (en el nivel de los 1.550 m que se corresponde con el punto kilométrico 2,2, aproximadamente, desde que salimos de los "Collados"), hasta la cima, experimenta un viaje alucinante que le pone a prueba en todo momento a la vez que siente como se le embriaga el alma montañera, esa que todos los que sentimos montañas llevamos muy dentro. En el corto espacio de 2,5 km se asciende casi 900 m. Todo un desafío vertical, toda una experiencia....
En esta ocasión ni Gustavo ni yo hicimos uso de los crampones pues la nieve caída en los días anteriores se presentaba en general blanda, sin una base dura, no encontrando superficies heladas que requirieran adherencia adicional. El piolet, sin embargo, se convierte en compañero inseparable en la trepada pues nos asegurará el anchaje necesario a golpe de regatón para progresar de manera segura y eficaz.
Ya en la cima, la Sagra (2.381 m), el esfuerzo se convierte en recompensa. En un espléndido día de los que no se recuerdan lleno de sol, color y sin viento, estamos rodeados de 360º de belleza, de pura satisfacción... Nos encontramos en una encrucijada de sierras, provincias y parques naturales. La gran Sierra de Segura de Jaén, que constituye el grueso del Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y las Villas, al norte y oeste; la magnífica Sierra de las Cabras y el Macizo de Revolcadores, techos de Albacete y Murcia, respectivamente, al noreste; el Parque natural de Sierra María - Los Vélez en la provincia de Almería, al sureste; el altiplano de Granada, al sur; y las montañas del Parque Natural de la Sierra de Castril, con la gran Sierra Seca, al suroeste. Como se ve toda una clase de geografía, espacios naturales... y belleza.
Tras casi dos horas de estancia allí pues no queríamos despertar de la "experiencia", no tenemos más remedio que descender, y lo hacemos por lo que yo denomino el "corredor sur", pues se trata de la vía natural situada más al sur de las posibles en su vertiente noroeste además, claro está, del descenso por el bosque vertical. Como la trepada, el destrepe es muy técnico pues requiere la utilización del piolet a modo de anclaje pues nos encontramos con desniveles que en algunos momentos sobrepasan los 45º de inclinación.
Ya abajo, buscamos a trocha cerrar la circular girando a la derecha en busca de la senda que nos llevaba horas antes a la puerta del embudo.
Es muy difícil expresar solo con palabras lo experimentado... Os ofrezco 150 imágenes de la ruta en la esperanza de que os transmitan por lo menos parte de lo que viví. A riesgo de ser repetitivo coger lo que os guste y desechar lo demás.
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